Principios para una pastoral para la niñez y adolescencia.
Analicemos algunos principios importantes para enseñar a los adolescentes los valores cristianos desde nuestros grupos Icthus.
-Transformar la iglesia en un espacio de encuentro, aceptación y participación. Los adolescentes se integran a las iglesias en las que se sienten aceptados y no cuestionados por sus culturas. En muchas iglesias encuentran incomprensión, críticas y rechazo a su forma de vestirse, su música y otros aspectos de su cultura.
Es importante fomentar en la iglesia un clima de comunicación, diálogo, escucha, aceptación y amor, para saber qué sienten, qué anhelan, qué problemas e inquietudes tienen y poder apoyarlos. Pero también es necesario darles oportunidades para expresarse, opinar y participar activamente en la comunidad eclesial.
Nos vamos a sorprender de la frescura, autenticidad y creatividad con la que muchos adolescentes viven la vida cristiana. Podremos aprender de su sinceridad y entusiasmarnos al ver sus capacidades y sus dones en acción. Y así todos juntos podremos crecer en la adopción de un estilo de vida acorde con los valores del reino de Dios.
-Fomentar la formación de grupos de adolescentes en las iglesias.
Cuando los adolescentes encuentran en la iglesia un grupo al cual pertenecer pueden tener un espacio y un tiempo para examinar sus ideas y valores comparándolos con los de los otros, discutir con sus iguales y analizar distintas perspectivas.
Pueden identificarse con otros adolescentes que vivan de acuerdo con los valores y principios cristianos, y ser modelos los unos para los otros. Pueden encontrar apoyo emocional que les dé fuerzas para enfrentar las presiones de otros adolescentes cuyos valores y estilo de vida difieren de los cristianos.
En el grupo se pueden desarrollar actividades que les permitan conocerse mejor a sí mismos y como grupo, actividades para desarrollar su autonomía y responsabilidad y para mejorar su autoestima. Todo esto los fortalecerá para atreverse a adherir y mantenerse viviendo según los valores cristianos.
¿Quién es y quién quiere ser en la vida? Son preguntas cruciales para todo adolescente. La identidad adolescente sufre profundos cambios. En la tarea de construcción de la identidad adolescente, las áreas ideológica y espiritual son muy importantes. El adolescente vive un proceso por el cual su adhesión a normas, valores y creencias ya no es impuesto como en las primeras etapas de la vida sino que llega a ser autónomo.
Es necesario acompañarlos en ese proceso de construcción de una moral autónoma, mediante la explicación y el diálogo cuando se establecen normas, mediante la discusión y clarificación de los propios valores, de los de otros y de la sociedad, y ayudarlos a desarrollar criterios para tomar decisiones, para saber decir no y hacer frente a las presiones del grupo cuando sus valores entran en contradicción con un estilo de vida cristiano.
Para esto es muy importante fortalecer su autoestima y su capacidad para tomar y mantener sus decisiones, pues atreverse a ser diferente en una etapa en la que el grupo de pares tiene tanta relevancia, requiere una gran fortaleza emocional y espiritual, así como un pensamiento claro y consciente de las metas y de las consecuencias de cada decisión.
Las siervas y siervos apropiados son aquellos que aman a los adolescentes, están abiertos a aprender de ellos, comprenden sus culturas, se sienten cómodos liderando ese grupo, son accesibles, saben escucharlos, disponen de tiempo, tienen buen humor y saben contenerlos cuando lo necesitan.